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miércoles, 17 de febrero de 2016

TARTA CUENTO DE LOS TRES CERDITOS (INTERACTIVA)




       ¿Cómo contar el cuento de Los Tres cerditos en una tarta?  Y ¿cómo hacerlo tratando de emplear la menor cantidad de fondant?  Esto último es un reto que me he propuesto y que estoy planteándome en las tres últimas tartas que he hecho. Vaya, parece que el número tres se repite mucho en esta entrada.
Además, quería hacer que la tarta, además de ser claramente reconocible como el cuento, pudiera ser un juego divertido; y esto es solo posible porque Rosana confía en que la sorprenderé y me deja el diseño de la tarta a mi. Y en ese punto es cuando mi cabeza se pone a dar vueltas e imagina cosas que luego.... hay que plasmar.


 
    Todo el mundo (o eso creo) conoce la historia de los 3 cerditos. Me centré en la casa hecha con troncos y decidí dar una personalidad a cada cerdito. La del lobo estaba clara, así que tuvimos un cerdito con iniciativa, un cerdito conformista y un cerdito vago. Aunque cualquiera de los adjetivos les podría valer a los 3.



      
     Teniendo en cuenta que era para una fiesta de cumpleaños de  niños, decidí dar algo de emoción a la tarta. Recuerdo de pequeña, que mis vecinos, para la fiesta de cumpleaños de su hijo, hacían su propia tarta de cumple. Las tartas siempre estaban buenas pero, lo que de verdad esperábamos todos los críos era la sorpresa de la tarta. Silvia ponía  unos palillos adornados con lazos y los pinchaba en el lateral de la tarta. Quedaba muy adornada pero lo divertido era que cada niño debía elegir un palillo y tirar. Uno de los palillos tenía una marca y, si era el tuyo, te llevabas un regalo. Era emocionante y divertido y de esas cosas que no se te olvidan.




    Bueno, no iban a ser palillos, pero el cerdito vagoneta decidió que ya había trabajado demasiado y que necesitaba un baño relajante. Y esa era la parte interactiva de la tarta, buscar el tercer cerdito que podía estar en la tarta, dentro de la tarta, debajo de la tarta o haberse quedado fuera. A buscar. Y si creían que estaba dentro de la casa...... Al menos por las ventanas no se veía ningún cerdito....



     La verdad es que había pistas, ese barro por el suelo.......... Esa cara de que está pasando........




      La casa era toda de galleta, glaseada con royal icing imitando a madera y pintada con cacao. Espero que el efecto piñata se consiguiera, porque esa era la idea, romper y comer con los dedos, que mejor.



                                Ese lobo elegante, con hambre y remendado, pero elegante.   





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