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martes, 15 de diciembre de 2015

GALLETAS DE ANGELITOS




       Tardes de glasa. Sigo dándole oportunidades y reconozco que esta vez me ha hecho sentirme cómoda. Es cierto que, como tenía muchas ganas porque hacía mucho que no la utilizaba, y tenía prisa por empezar, me convencí a mi misma de usar solo glasa blanca, sin teñir y que si necesitaba color en alguno de los diseños, que fuera el mínimo posible y no teñir sino pintar. Convencerme fue fácil, "Así pruebas otras técnicas".


   

     Este pobre fué mi ángel caido, literalmente, porque cayó del mini ábol que estaba montando a la mesa. No sé si fue una protesta o una metedura de ala, pero podréis comprobar que fue una rotura limpia. Tuvimos mucha suerte y una tira de glasa enyesó el problema; y no, no dejé que le pintaran la escayol-ala.


       La receta de la glasa que utilizo es la de Con azúcar y algodón, si sigues los pasos tal y como ella lo explica, la glasa madre sale perfecta.
Con lo único que tengo problemas, parece ser, es en contar segundos. Que si glasa de 20, que si de 12, que si de inundado....  Pues cuando ya creía tener glasa de 20 y paré de añadir agua, resultó que no era de 20 si no de relleno; parece que contar mil uno, mil dos, mil tres, no coincide con los segundos. O me hago trampas, no se.



 

     En cualquier caso, me sirvió para mis angelitos, mis galletas de estrella, de gnomo..... y aún me queda glasa por si me quiero dar otra oportunidad. La glasa madre, tapada a piel con papel film y dentro de un tapper bien cerrado, dura hasta 15 días en la nevera, ya que es básicamente azúcar, uno de los mejores conservantes que existen (ya podría conservar estos cuerpos igual de bien).




     Decir también que, decidí hacer agujeros para colgar las galletas cuando ya estaban horneadas y ya veis que, con mucho cuidado y un punzón muy fino, se puede.





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